Dieta equilibrada y sana

Proteínas

Aunque mucha gente considera el ejercicio como una forma de perder peso, desempeña un papel fundamental en el bienestar del cuerpo más allá de la pérdida de peso. Las investigaciones apoyan firmemente sus beneficios en una serie de condiciones de salud física y mental para personas de todas las edades. Sin embargo, los estilos de vida ajetreados y un entorno que fomenta el sedentarismo durante muchas horas del día (conducir de puerta en puerta, sentarse en un escritorio de oficina, relajarse por la noche frente a la televisión) han hecho que el ejercicio tenga una baja prioridad para muchas personas.

Todos los tipos de ejercicios ofrecen beneficios para la salud. La realización de diferentes tipos de ejercicios puede ampliar aún más la gama de beneficios. Pero es importante recordar que algo de ejercicio es mejor que nada, y que casi todo el mundo puede participar en alguna forma de ejercicio de forma segura.

Actividad física aeróbica/cardiovascular. Se trata de actividades lo suficientemente intensas y prolongadas como para mantener o mejorar la capacidad cardíaca y pulmonar. Ejemplos: caminar, correr, bailar, montar en bicicleta, jugar al baloncesto, al fútbol, nadar

Datos sobre alimentación saludable

¿Busca una copia imprimible? Descárgate uno aquí y cuélgalo en tu nevera para que te sirva de recordatorio diario a la hora de planificar y preparar tus comidas. También hay traducciones del Plato de la Alimentación Saludable en más de 25 idiomas.

Los cereales integrales e intactos -trigo integral, cebada, bayas de trigo, quinoa, avena, arroz integral y los alimentos elaborados con ellos, como la pasta integral- tienen un efecto más suave sobre el azúcar en sangre y la insulina que el pan blanco, el arroz blanco y otros cereales refinados.

El pescado, las aves de corral, las alubias y los frutos secos son fuentes de proteínas saludables y versátiles: pueden mezclarse en ensaladas y combinarse bien con las verduras en un plato. Limite las carnes rojas y evite las carnes procesadas, como el beicon y las salchichas.

Elija aceites vegetales saludables como el de oliva, canola, soja, maíz, girasol, cacahuete y otros, y evite los aceites parcialmente hidrogenados, que contienen grasas trans poco saludables. Recuerda que bajo en grasa no significa “saludable”.

Tu plato y el planetaAsí como los diferentes alimentos pueden tener diferentes impactos en la salud humana, también tienen diferentes impactos en el medio ambiente. La producción de alimentos es uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero y supone una enorme demanda de los recursos naturales del planeta.

Apetito

Su peso, el tamaño de su cintura y la cantidad de peso ganada desde mediados de los 20 años pueden tener graves consecuencias para la salud. Estos factores pueden influir en gran medida en sus posibilidades de desarrollar las siguientes enfermedades y afecciones:

Dado que la mayoría de los adultos de entre 18 y 49 años ganan entre 1 y 2 kilos cada año (1), detener y prevenir el aumento de peso debería ser una prioridad. El aumento de peso a medida que se envejece aumenta las posibilidades de desarrollar una o más enfermedades crónicas.

Es posible que haya visto en las noticias la cobertura de un estudio que afirma que el sobrepeso y la obesidad pueden reducir la mortalidad (8, 9), pero un grupo de expertos debatió por qué el público en general no debería confiar en los resultados de este estudio erróneo.

Sin embargo, los genes no tienen por qué convertirse en destino, y los estudios sugieren que seguir una dieta saludable, mantenerse activo y evitar hábitos poco saludables como el consumo de refrescos puede prevenir la predisposición genética al riesgo de obesidad. (10)

3. La inactividad física: Hacer ejercicio tiene una gran cantidad de beneficios para la salud, incluyendo la reducción de las posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas. (11) La actividad física es un elemento clave para el control del peso y la salud.

Nutrientes

Pero esto no es todo. Todos tenemos un equilibrio individual que depende de la forma en que nuestro cuerpo se indica a sí mismo que debe procesar los alimentos. Algunas personas queman más energía y de forma diferente, y esto explica parte de la diversidad de nuestro aspecto.

Las directrices recomiendan que los hidratos de carbono (“carbohidratos”) formen la base de la mayoría de las dietas, constituyendo la mitad de la ingesta total de energía (calorías). Este grupo de alimentos puede separarse en carbohidratos complejos (buenos) y simples (malos).

Los carbohidratos complejos (harina y pasta integrales, y arroz integral) contienen cadenas más grandes de moléculas de azúcar. Tardan más en ser digeridos que los cereales procesados. Esto hace que te sientas lleno durante más tiempo, ayudando a controlar tu apetito.

Los carbohidratos complejos refinados (harina blanca, pasta y arroz) son digeridos más rápidamente por el cuerpo. Esto los convierte en una fuente de energía más rápida. Sin embargo, estos tipos de carbohidratos no ofrecen tantos nutrientes adicionales. Por eso, los carbohidratos integrales y los marrones ayudan a mejorar la calidad general de la dieta.

La fruta y la verdura son alimentos ricos en carbohidratos. Incluyen una amplia gama de vitaminas y minerales, así como fibra soluble. El objetivo de consumir cinco raciones de fruta y verdura al día es bueno para la salud.