Las pruebas de la evolucion

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La evolución es una teoría científica respaldada por una cantidad abrumadora de pruebas. Algunos cristianos temen que aceptar la teoría signifique rechazar a Dios como creador. Pero eso no es así. Los cristianos aceptan las teorías científicas sobre el clima, la formación de las montañas, e incluso la concepción y el desarrollo de los seres humanos, sin dejar de reconocer que Dios es el creador y sustentador de estas cosas. Por tanto, dar una descripción científica a un proceso no excluye una descripción teológica legítima del mismo. Este artículo resume múltiples líneas de evidencia independientes de que la evolución es la mejor descripción científica del proceso por el que la vida se ha diversificado. Piense en cada una de estas líneas de evidencia como una pista del pasado, que en conjunto forman una imagen convincente del parentesco de todas las especies.

Cuando examinamos en detalle los cuerpos de los animales actuales, encontramos algunas similitudes notables. Por ejemplo, los esqueletos de las criaturas de cuatro extremidades (lo que los científicos llaman “tetrápodos”) son sólo ligeras variaciones del mismo plan corporal. Los huesos son más largos en algunos animales, y en otros están fusionados, pero están dispuestos en el mismo patrón. Los esqueletos no tienen por qué ser así para que los animales funcionen, y de hecho dan lugar a algunas ineficiencias (¿cuántas personas conoces con problemas de lumbares o rodillas?). Pero este es el tipo de patrón que esperaríamos si los planes corporales de los tetrápodos cambiaran lentamente y se diversificaran a lo largo de muchas generaciones.

Respuestas a la hoja de trabajo sobre la evidencia de la evolución

Las pruebas de la descendencia común de los organismos vivos han sido descubiertas por científicos que investigan en diversas disciplinas a lo largo de muchas décadas, demostrando que toda la vida en la Tierra procede de un único ancestro. Esto constituye una parte importante de las pruebas en las que se basa la teoría evolutiva, demuestra que la evolución se produce e ilustra los procesos que crearon la biodiversidad de la Tierra. Apoya la síntesis evolutiva moderna, la teoría científica actual que explica cómo y por qué cambia la vida a lo largo del tiempo. Los biólogos evolucionistas documentan las pruebas de la descendencia común, hasta el último ancestro común universal, desarrollando predicciones comprobables, probando hipótesis y construyendo teorías que ilustran y describen sus causas.

La comparación de las secuencias genéticas de ADN de los organismos ha revelado que los organismos filogenéticamente cercanos tienen un mayor grado de similitud en sus secuencias de ADN que los organismos filogenéticamente distantes. Fragmentos genéticos como los pseudogenes, regiones de ADN que son ortólogas a un gen de un organismo relacionado, pero que ya no están activas y parecen estar sufriendo un proceso constante de degeneración por mutaciones acumulativas, apoyan la descendencia común junto con la organización bioquímica universal y los patrones de varianza molecular que se encuentran en todos los organismos. La información genética adicional apoya de forma concluyente el parentesco de la vida y ha permitido a los científicos (desde el descubrimiento del ADN) desarrollar árboles filogenéticos: una construcción del parentesco evolutivo de los organismos. También ha conducido al desarrollo de técnicas de reloj molecular para datar los tiempos de divergencia de los taxones y calibrarlos con el registro fósil.

Pruebas de la evolución en biología molecular

ResumenAhora quiero hablar de las pruebas de la evolución. Si se le pregunta al ciudadano de a pie sobre este tema, probablemente mencionará el registro fósil: los restos de tipos de organismos que ya no viven en la Tierra. Pero esto es incorrecto: el registro fósil es coherente tanto con el creacionismo separado como con el transformismo, que, como se recordará, ambos proponen que las especies tuvieron un origen natural separado pero pueden extinguirse. Darwin no utilizó el registro fósil como una de sus principales líneas de evidencia para apoyar la idea de la evolución porque pensaba que no se conocían suficientes fósiles en su época. Dedicó un capítulo entero de El origen de las especies a este problema, subrayando la ausencia de numerosas formas de transición entre las especies fósiles y las especies vivas hoy en día que su teoría predecía que debían producirse. Sugirió que esta ausencia podía explicarse si la fracción de organismos que acaban siendo fósiles es extremadamente pequeña y depende de determinados acontecimientos geológicos que varían a su vez con el tiempo. Al final del capítulo enumera los nombres de nueve eminentes científicos que se especializaron en el estudio de los fósiles en su época, pero que rechazaron la idea de que las especies hubieran cambiado a lo largo del tiempo geológico.Palabras claveTeoría de la evolución Registro fósil Transferencia genética lateral Fosfato de azúcar Nivel anatómico

Cuadro de pruebas de la evolución

Las pruebas de la evolución son convincentes y extensas. Al observar todos los niveles de organización de los sistemas vivos, los biólogos ven la firma de la evolución pasada y presente. Darwin dedicó gran parte de su libro El origen de las especies a identificar patrones en la naturaleza que fueran coherentes con la evolución. Desde Darwin, nuestra comprensión se ha hecho más clara y amplia.

Los fósiles proporcionan pruebas sólidas de que los organismos del pasado no son los mismos que se encuentran hoy en día; muestran una progresión de la evolución. Los científicos calculan la edad de los fósiles y los clasifican para determinar cuándo vivieron los organismos en relación con los demás. El registro fósil resultante cuenta la historia del pasado y muestra la evolución de las formas a lo largo de millones de años. Por ejemplo, los científicos han recuperado registros muy detallados que muestran la evolución de los humanos y los caballos. La aleta de la ballena comparte una morfología similar a la de los apéndices de aves y mamíferos, lo que indica que estas especies comparten un ancestro común. Con el tiempo, la evolución provocó cambios en las formas y tamaños de estos huesos en las distintas especies, pero han mantenido la misma disposición general. Los científicos llaman a estas partes sinónimas estructuras homólogas.