Sirope de agave ecologico

Para qué se utiliza el agave

El jarabe de agave, también conocido como jarabe de maguey o néctar de agave, es un edulcorante que se produce comercialmente a partir de varias especies de agave, como el Agave tequilana (agave azul) y el Agave salmiana. El jarabe de agave azul contiene un 56% de fructosa como azúcar que proporciona propiedades edulcorantes[1].

El Agave salmiana se procesa de forma diferente al Agave tequiliana. A medida que la planta se desarrolla, empieza a crecer un tallo llamado quiote[3]. El tallo se corta antes de que crezca completamente, creando un agujero en el centro de la planta que se llena con un líquido llamado aguamiel. El líquido se recoge diariamente. El líquido se calienta, descomponiendo sus complejos componentes en fructosa, glucosa y sacarosa,[1] e impidiendo su fermentación en pulque.

Un método alternativo para procesar el zumo de agave sin calor se describe en una patente estadounidense para un proceso que utiliza enzimas derivadas del moho Aspergillus niger para convertir el extracto rico en inulina en fructosa. Con un poco más de detalle, el extracto de polifructosa obtenido de la pulpa de agave triturada se hidroliza mediante un proceso químico patentado en 1998, con enzimas de inulina (obtenidas del Aspergillus niger), para producir un extracto de fructosa hidrolizado. Al concentrar la fructosa se obtiene el conocido jarabe[4]. El jarabe (néctar) de agave no figura en el inventario de alimentos generalmente reconocidos como seguros (GRAS) por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.[5].

Agave azul ecológico

El jarabe de agave, también conocido como jarabe de maguey o néctar de agave, es un edulcorante que se produce comercialmente a partir de varias especies de agave, entre ellas el Agave tequilana (agave azul) y el Agave salmiana. El jarabe de agave azul contiene un 56% de fructosa como azúcar que proporciona propiedades edulcorantes[1].

El Agave salmiana se procesa de forma diferente al Agave tequiliana. A medida que la planta se desarrolla, empieza a crecer un tallo llamado quiote[3]. El tallo se corta antes de que crezca completamente, creando un agujero en el centro de la planta que se llena con un líquido llamado aguamiel. El líquido se recoge diariamente. El líquido se calienta, descomponiendo sus complejos componentes en fructosa, glucosa y sacarosa,[1] e impidiendo su fermentación en pulque.

Un método alternativo para procesar el zumo de agave sin calor se describe en una patente estadounidense para un proceso que utiliza enzimas derivadas del moho Aspergillus niger para convertir el extracto rico en inulina en fructosa. Con un poco más de detalle, el extracto de polifructosa obtenido de la pulpa de agave triturada se hidroliza mediante un proceso químico patentado en 1998, con enzimas de inulina (obtenidas del Aspergillus niger), para producir un extracto de fructosa hidrolizado. Al concentrar la fructosa se obtiene el conocido jarabe[4]. El jarabe (néctar) de agave no figura en el inventario de alimentos generalmente reconocidos como seguros (GRAS) por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.[5].

Beneficios del sirope de agave ecológico

Derivado de la savia de la planta del agave (un tipo de cactus originario de México), el sirope de agave es un líquido marrón dulce. En la actualidad se utiliza comúnmente como alternativa al azúcar, la miel o el jarabe de arce, y es un popular sustituto del azúcar de mesa. Una vez extraído el jugo de la planta, se filtra, se calienta y se concentra en un jarabe. Su sabor se parece al de la melaza y, por regla general, cuanto más oscuro sea el color, más rico será el sabor.

El sirope de agave es aproximadamente una vez y media más dulce que el azúcar, lo que significa que se puede conseguir el mismo dulzor utilizando menos cantidad. Es versátil y fácil de usar, y muy popular para endulzar bebidas calientes, gachas o pasteles. Puede sustituir a jarabes como el jarabe de oro, pero como es más dulce que el azúcar, se necesita menos cantidad para conseguir el mismo sabor. Funciona bien en pasteles masticables como los flapjacks, así como en tartas y magdalenas pegajosas. Pero tenga en cuenta que tendrá que cocinar a una temperatura más baja (reduzca la temperatura de cocción unos 10ºC). Para obtener más consejos sobre cómo hornear con edulcorantes alternativos, consulte nuestra guía para hornear sin azúcar.

Sustituto del sirope de agave

Derivado de la savia de la planta del agave (un tipo de cactus originario de México), el sirope de agave es un líquido marrón dulce. En la actualidad se utiliza comúnmente como alternativa al azúcar, la miel o el jarabe de arce, y es un popular sustituto del azúcar de mesa. Una vez extraído el jugo de la planta, se filtra, se calienta y se concentra en un jarabe. Su sabor se parece al de la melaza y, por regla general, cuanto más oscuro sea el color, más rico será el sabor.

El sirope de agave es aproximadamente una vez y media más dulce que el azúcar, lo que significa que se puede conseguir el mismo dulzor utilizando menos cantidad. Es versátil y fácil de usar, y muy popular para endulzar bebidas calientes, gachas o pasteles. Puede sustituir a jarabes como el jarabe de oro, pero como es más dulce que el azúcar, se necesita menos cantidad para conseguir el mismo sabor. Funciona bien en pasteles masticables como los flapjacks, así como en tartas y magdalenas pegajosas. Pero tenga en cuenta que tendrá que cocinar a una temperatura más baja (reduzca la temperatura de cocción unos 10ºC). Para obtener más consejos sobre cómo hornear con edulcorantes alternativos, consulte nuestra guía para hornear sin azúcar.