Motivacion en el deporte

la motivación en la psicología del deporte

Los deportistas intrínsecamente motivados practican deporte por motivos como: el disfrute de la práctica de su deporte, el reto de la competición y de alcanzar nuevos niveles personales, la mejora de las habilidades, la exploración del potencial, etc.

Los deportistas motivados extrínsecamente participan en el deporte por motivos como las recompensas externas (trofeos, becas, atención de los medios de comunicación, galardones) o para evitar consecuencias negativas (ser enviado al banquillo, caer en desgracia con el entrenador, la desaprobación de los padres).

Las recompensas extrínsecas son un componente fundamental en los deportes de competición. ¿Se imagina el fútbol profesional sin la Super Bowl? ¿O eliminar la ESPN para reducir la atención pública que reciben los atletas? O incluso, ¿si los programas universitarios dejaran de ofrecer becas deportivas?

Cuando tu motivación principal es extrínseca, es posible que sientas una mayor presión competitiva y ansiedad, que te compares desfavorablemente con otros atletas, que desvalorices tu autoestima, que te resulte difícil afrontar el fracaso o que veas tu deporte más como un “trabajo” que como un “juego”.

¿por qué es importante la motivación en el deporte?

A medida que la tecnología sigue cambiando la forma en que nos comunicamos y entrenamos, los deportistas tienen acceso a un número sin precedentes de factores de motivación y desmotivación. Los medios de comunicación social, la información instantánea de los entrenadores y las nuevas plataformas de rendimiento y competición han cambiado el panorama del deporte, así como las razones de los deportistas para practicarlo. La motivación se define a nivel global como la dirección y la intensidad del esfuerzo (Sage, 1977), y sea cual sea la plataforma, es esencial para la percepción de la razón y la autodeterminación de un deportista. Por lo tanto, es necesario comprenderla y equilibrarla para tener éxito en el deporte.

Según la teoría de la autodeterminación, la motivación tiene esencialmente dos fuentes: extrínseca e intrínseca. La motivación extrínseca viene en forma de recompensas, que generalmente son proporcionadas por otras personas en forma de refuerzo negativo o positivo. Estas recompensas pueden consistir en elogios, limitaciones, premios, dinero y, ahora, con la creciente presencia de las redes sociales, cosas como los “me gusta”, los comentarios y los KOM/QOM virtuales. Los amigos, la familia, los entrenadores y los seguidores sociales -incluso los compañeros participantes/oponentes en las aplicaciones de RV- pueden considerarse fuentes de esta motivación extrínseca.

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Estas frases que lanzamos a nuestro equipo el día del partido son simples y rápidos recordatorios de motivación en el momento. La motivación es algo que se construye con el tiempo. Podemos encontrar motivación en alguien o en algo más, pero en última instancia, es tu propio cuerpo y mente los que descubren la voluntad de seguir adelante.

Es raro que estemos motivados instantáneamente para hacer algo. Suele haber un factor predeterminado que nos mueve a pasar a la acción. Un entrenador o un mentor puede decir algo o dar un ejemplo que resuene en ti, lo que desencadena esa motivación.

Si los entrenadores pueden ayudar a los deportistas a responder a su “por qué” y a entender mejor su razón para acudir a los entrenamientos cada día, entonces podremos descubrir su motivación innata. Creo que los entrenadores son un vehículo para unir las piezas del rompecabezas y mostrar a los deportistas su propósito, lo que crea motivación. Basándome en Eleanor Roosevelt, que afirmó que “nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”, lo aplico a la motivación: “nadie puede motivarte sin tu consentimiento”.

qué es la motivación extrínseca en el deporte

La motivación es un constructo (o variable latente), más que una entidad observable, lo que contribuye a la dificultad de medirla con precisión (Lavallee et al., 2003). Muchas de las primeras evaluaciones de la motivación eran de naturaleza conductual o dependían de que los participantes proporcionaran informes verbales sobre el motivo por el que realizaban una actividad concreta. Por ejemplo, Lepper y Greene (1975) dedujeron la motivación intrínseca de los participantes observando su tiempo en la tarea tras una intervención experimental. Un ejemplo comparable, aunque menos científico, relacionado con el deporte es el siguiente: un atleta que realiza repeticiones extra en el gimnasio suele ser percibido por los observadores como muy motivado, aunque no se haya producido realmente ninguna medición de la motivación. Es evidente que se necesita una medición metodológicamente rigurosa para evaluar, comprender y predecir la influencia de cualquier constructo psicológico en el comportamiento humano (Clancy et al., 2016). Por lo tanto, la evaluación crítica de las fortalezas y debilidades de los diferentes enfoques de medición es esencial para nuestra comprensión de la motivación, y mejoraría la conciencia de los investigadores y profesionales sobre el comportamiento posterior.