Rituales del maiz en mexico

Cómo se llama el maíz en méxico

Segun cuenta el Popol Vuj los hombres fuimos hechos de maiz. Quiza por eso sea preciso, para los habitantes de muchas regiones de Mexico, celebrar un ciclo ritual alrededor de la siembra y la cosecha de este grano. En estas páginas exploramos los rostros insospechados que esta tradición toma en nuestro país. Según el Popol Vuh, las personas están hechas de maíz. Esto puede explicar por qué las culturas de muchas partes de México observan un ciclo ritual ligado a la siembra y cosecha de este grano. Este número explora algunas de las facetas poco conocidas de esta tradición en nuestro país.

El maíz en el español de méxico

México es un gran productor de cereales, pero su cosecha es muy inferior a sus necesidades internas, lo que le convierte en un gran cliente para su vecino del norte, Estados Unidos. La preocupación por la obesidad está afectando al patrón de consumo de alimentos a base de cereales.

Según el Consejo Internacional de Cereales (CIC), la producción total de granos de México en 2016-17 será de 35,1 millones de toneladas, frente a los 34,2 millones del año anterior. La producción de trigo será de 4 millones de toneladas, por encima de los 3,8 millones. La producción de maíz del país se prevé en 23,5 millones de toneladas en 2016-17, por debajo de los 24 millones del año anterior.

El CIG sitúa las importaciones totales de cereales de México en 19 millones de toneladas en 2016-17, frente a los 17,9 millones del año anterior. Las importaciones totales de trigo se mantienen en 4,4 millones de toneladas, mientras que el país exportará 1,5 millones de toneladas de trigo, frente a los 1,3 millones del año anterior. México importará 13,6 millones de toneladas de maíz, frente a los 12,7 millones del año anterior. También importará 800.000 toneladas de sorgo, frente a las 500.000 de 2015-16. Además, México importará 80.000 toneladas de avena sin cambios.

Tipos de maíz en méxico

El término “domesticación” siempre me ha preocupado. Inevitablemente, presupone la superioridad humana sobre la naturaleza, las plantas y los animales. Como si las fuerzas naturales fueran neutrales: entidades que los hombres -en mayúsculas y en masculino- han controlado y moldeado. En lugar de domesticación, prefiero hablar de relaciones recíprocas: vínculos bidireccionales marcados por el sentido del intercambio. La palabra “recíproco” viene del latín reciprocus, y significa “ida y vuelta”.

Hablar de domesticación sugiere, de un modo u otro, que el Hombre -en masculino singular con mayúsculas- es el actor o agente principal de la Historia. Prefiero pensar en historias -en minúscula, plural, tomando el femenino en el español historias- en las que el agente central no siempre es el Hombre. Me gusta encontrar relatos en los que las plantas, los animales y las piedras son también actores significativos, relatos en los que el ser humano no es el centro de todo el universo. Me gusta encontrar historias recíprocas.

La historia de Mesoamérica, y de lo que hoy conocemos como México, se basa en uno de los mayores ejemplos de historias recíprocas. No sabemos la fecha exacta, pero los expertos estiman que ocurrió en algún momento entre hace 9.000 y 6.200 años. Los habitantes de Mesoamérica hicieron posible que el teocintle [teosinte], una especie de hierba silvestre, se transformara en lo que hoy llamamos maíz. Los teocintles tienen tallos que se ramifican y pequeñas mazorcas que emergen de estas ramas: cada una tiene sólo un par de filas de granos, que están protegidos por una piel rígida.

Por qué es importante el maíz para méxico

Para los mexicanos, el maíz no es un cultivo sino un profundo símbolo cultural intrínseco a la vida cotidiana. El maíz fue domesticado a partir de una hierba llamada teocintle por los pueblos de Mesoamérica hace aproximadamente 10.000 años. Considerado a menudo como el mayor logro agronómico de la humanidad, el maíz se cultiva actualmente en todo el mundo. El maíz amarillo que se encuentra habitualmente en Estados Unidos palidece en comparación con las formas, tamaños y colores de las variedades tradicionales de maíz cultivadas por los pueblos indígenas de México. Las mazorcas de maíz pueden medir desde un par de centímetros hasta 30 centímetros de largo, en colores que incluyen el blanco, el rojo, el amarillo, el azul y el negro. Algunas variedades incluso tienen un surtido de colores en una sola mazorca.

El maíz está inextricablemente ligado a la vida cotidiana de los campesinos y los pueblos indígenas de México. Como grano básico, da forma a las comidas diarias, y su ciclo de crecimiento influye en el momento de las fiestas. La imagen y la forma del maíz es un componente omnipresente en la arquitectura y la artesanía. Espiritual, física y económicamente, el maíz sostiene a los pueblos indígenas. En palabras de una mujer india: “El maíz es tan importante porque nos permite vivir en paz. Es nuestra forma de seguridad alimentaria”. El maíz está vinculado a la supervivencia: en épocas de dificultades económicas o ante desastres naturales, las familias producen más maíz para alimentarse. Un anciano maya tzotzil relata: “Durante los últimos cinco siglos, mientras nuestro pueblo ha soportado sufrimientos -enormes sufrimientos- nuestro maíz nos ha permitido sobrevivir”.