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La rebelion de los numeros
Números 16 la rebelión de coré
Éxodo 6:21 cita a Coré como hijo de Izhar, hijo de Kehath, hijo de Leví. En Éxodo 6:24 se enumeran sus tres hijos. Los hermanos de Coré a través de Izhar eran Nefeg y Zicri. Éxodo 6:18 conecta a este Coré con Hebrón, Uziel y Amram, que eran hermanos de su padre (Izhar hijo de Coat). En 1 Crónicas 6:2,18,38 y 23:12 se repite esta genealogía; sin embargo, esta referencia podría haberse inspirado en las genealogías del Éxodo. Hebrón es el patriarca que da nombre a la región.
Números 16:1 remonta este linaje hasta Leví, hijo del patriarca Israel. Según Números 16:1, su linaje va: “Coré, hijo de Izhar, hijo de Kehath, hijo de Leví”, lo que lo convierte en bisnieto del patriarca Leví y primo hermano de Moisés y Aarón.
Números 16:1-40 indica que Coré se rebeló contra Moisés junto con 249 co-conspiradores y fue castigado por su rebelión cuando Dios envió fuego del cielo para consumir a los 250. Los aliados rubenitas de Coré, Datán y Abiram, también fueron castigados cuando Dios hizo que la tierra se abriera bajo sus pies tragándolos a ellos, a sus familias, a cualquiera que estuviera asociado con Coré y a todas sus posesiones.
Números 16
La Biblia nos presenta a cuatro personas llamadas Coré, pero sólo una se ganó su lugar en la infamia. El primero es Coré, hijo de Esaú y Oholibama (Génesis 36:5, 14, 18; 1 Crónicas 1:35); el segundo es Coré, hijo de Elifas y nieto de Esaú y Ada (Génesis 36:16); el tercero es Coré, hijo de Hebrón y descendiente de Caleb (1 Crónicas 2 43); y, por último, está Coré, hijo de Izhar, un levita cuya flagrante rebelión contra Moisés y Aarón provocó su propia muerte y la de todos los que estaban alineados con él (Números 16:1-40).
Este cuarto Coré, contemporáneo de Moisés, es más conocido como el hombre que fue tragado vivo por la tierra junto con su familia y todos sus asociados después de que se rebelaran contra la autoridad de Moisés y Aarón en el desierto. La historia de Coré ilustra una verdad vital sobre la gravedad del pecado y la rebelión contra los líderes elegidos por Dios.
Los años de peregrinación por el desierto estuvieron plagados de episodios de murmuración, queja y rebelión por parte del pueblo israelita. En Números 16 se entrelazan los relatos de dos de estos levantamientos contra Moisés y Aarón. La figura principal de las revueltas es un levita subordinado llamado Coré. A él se unen Datán y Abiram, dos hebreos de la tribu de Rubén, así como 250 de los principales líderes de Israel.
Números 16:1
Números 16 comienza con 250 líderes de Israel desafiando la autoridad de Moisés y Aarón. Coré, Datán y Abiram eran los líderes de la rebelión. Tras la rebelión, Moisés le dice a Aarón, el sumo sacerdote, que haga expiación por el pueblo interponiéndose entre los muertos y los vivos (Números 16:48). Este acto de interponerse entre los muertos y los vivos es significativo por varias razones.
Coré, Datán y Abiram se rebelaron porque tenían envidia de las posiciones honorables que Moisés y Aarón tenían sobre la congregación. Junto con otros 250 líderes israelitas prominentes, provocaron una rebelión contra Moisés y Aarón. Moisés propuso que todos ellos comparecieran ante el Señor y que éste decidiera quién era su líder elegido.
Al día siguiente, el Señor confirmó su elección de Moisés y Aarón abriendo la tierra para tragar hasta el último líder disidente asociado con Coré, junto con sus hogares y todas sus posesiones: “Descendieron vivos al reino de los muertos, con todo lo que poseían; la tierra se cerró sobre ellos, y perecieron y desaparecieron de la comunidad. Al oír sus gritos, todos los israelitas que los rodeaban huyeron, gritando: “¡La tierra nos va a tragar también a nosotros!”. Y salió fuego de Yahveh y consumió a los 250 hombres que ofrecían el incienso” (Números 16:33-35).
¿por qué no murieron los hijos de korah?
La escena: Israel tiene un tabernáculo en funcionamiento, las tribus están organizadas y preparadas para salir del Monte Sinaí. Desgraciadamente, este viaje por carretera se va al traste rápidamente. Números 11-21 contiene siete relatos sobre la rebelión de Israel en su viaje por el desierto. Estas narraciones nos hablan mucho del lado oscuro de la humanidad, pero también de la fidelidad del pacto de Dios (incluso cuando los israelitas no lo saben).
Se trata de un montón de gente enfadada y malhumorada. Cada historia destaca un tipo diferente de rebelión que se inicia por diferentes tipos de razones. Merece la pena sacar un lápiz de color o un rotulador y tomar nota de todas las palabras repetidas que conectan los capítulos 11-21.
Si prestas atención, verás cómo estas siete historias son una obra de brillantez literaria. Cada una de ellas está interconectada. Están diseñados como una simetría, en la que cada historia se corresponde con su par concéntrico.
El par de relatos exteriores (A), 11:1-3 y 21:4-9, son bastante cortos y describen una queja general del pueblo. Ambas desembocan en algún tipo de “fuego”, ya sea fuego real (probablemente un rayo, véase 11:1-2), o la sensación de “fuego” de la mordedura de una serpiente (en 21:6 la palabra “venenosa” o “venomous” en nuestras traducciones al español traducen la palabra hebrea para “fuego”). Ambas crisis se resuelven gracias a la oración intercesora de Moisés (11:2 y 21:7).
Periodista del GRUPO BNLIMITED N.W. Cubriendo todo tipo de noticias para diariovelez.com en España. Si deseas comunicarme una noticia de última hora, un suceso o alguna información que crees que es relevante, puedes hacerlo en [email protected]