Ella no esta marcada letra

Diacríticos

El apóstrofo (‘ o ‘) es un signo de puntuación, y a veces un signo diacrítico, en las lenguas que utilizan el alfabeto latino y algunos otros alfabetos. En inglés, el apóstrofe se utiliza para tres propósitos básicos:

Introducido por Geoffroy Tory (1529),[5] el apóstrofe se utilizaba en lugar de una letra vocal para indicar la elisión (como en l’heure en lugar de la heure). También se utilizaba con frecuencia en lugar de la “e” final (que aún se pronunciaba en aquella época) cuando se elidía antes de una vocal, como en un’ heure. La ortografía francesa moderna ha recuperado la grafía une heure[6].

A partir del siglo XVI, siguiendo la práctica francesa, se utilizaba el apóstrofe cuando se omitía una letra vocálica, bien por elisión fortuita (“I’m” por “I am”) o porque la letra ya no representaba un sonido (“lov’d” por “loved”). La ortografía inglesa conservó muchas inflexiones que no se pronunciaban como sílabas, sobre todo las terminaciones de los verbos (“-est”, “-eth”, “-es”, “-ed”) y la terminación del sustantivo “-es”, que marcaba los plurales o los posesivos, también conocidos como genitivos; véase Apóstrofe posesivo, más abajo). El apóstrofe seguido de “s” se utilizaba a menudo para marcar un plural;[4] concretamente, el Oxford Companion to the English Language señala que

Ejemplo de signo de puntuación

El apóstrofe (‘ o ‘) es un signo de puntuación, y a veces un signo diacrítico, en los idiomas que utilizan el alfabeto latino y algunos otros alfabetos. En inglés, el apóstrofe se utiliza para tres propósitos básicos:

Introducido por Geoffroy Tory (1529),[5] el apóstrofe se utilizaba en lugar de una letra vocal para indicar la elisión (como en l’heure en lugar de la heure). También se utilizaba con frecuencia en lugar de la “e” final (que aún se pronunciaba en aquella época) cuando se elidía antes de una vocal, como en un’ heure. La ortografía francesa moderna ha recuperado la grafía une heure[6].

A partir del siglo XVI, siguiendo la práctica francesa, se utilizaba el apóstrofe cuando se omitía una letra vocálica, bien por elisión fortuita (“I’m” por “I am”) o porque la letra ya no representaba un sonido (“lov’d” por “loved”). La ortografía inglesa conservó muchas inflexiones que no se pronunciaban como sílabas, sobre todo las terminaciones de los verbos (“-est”, “-eth”, “-es”, “-ed”) y la terminación del sustantivo “-es”, que marcaba los plurales o los posesivos, también conocidos como genitivos; véase Apóstrofe posesivo, más abajo). El apóstrofe seguido de “s” se utilizaba a menudo para marcar un plural;[4] concretamente, el Oxford Companion to the English Language señala que

Signos diacríticos en español

El apóstrofo (‘ o ‘) es un signo de puntuación, y a veces un signo diacrítico, en los idiomas que utilizan el alfabeto latino y algunos otros alfabetos. En inglés, el apóstrofe se utiliza para tres propósitos básicos:

Introducido por Geoffroy Tory (1529),[5] el apóstrofe se utilizaba en lugar de una letra vocal para indicar la elisión (como en l’heure en lugar de la heure). También se utilizaba con frecuencia en lugar de la “e” final (que aún se pronunciaba en aquella época) cuando se elidía antes de una vocal, como en un’ heure. La ortografía francesa moderna ha recuperado la grafía une heure[6].

A partir del siglo XVI, siguiendo la práctica francesa, se utilizaba el apóstrofe cuando se omitía una letra vocálica, bien por elisión fortuita (“I’m” por “I am”) o porque la letra ya no representaba un sonido (“lov’d” por “loved”). La ortografía inglesa conservó muchas inflexiones que no se pronunciaban como sílabas, sobre todo las terminaciones de los verbos (“-est”, “-eth”, “-es”, “-ed”) y la terminación del sustantivo “-es”, que marcaba los plurales o los posesivos, también conocidos como genitivos; véase Apóstrofe posesivo, más abajo). El apóstrofe seguido de “s” se utilizaba a menudo para marcar un plural;[4] concretamente, el Oxford Companion to the English Language señala que

Significado diacrítico

En nuestro viaje para conectar el mundo, a menudo hablamos de los productos que estamos construyendo y de las actualizaciones de nuestro negocio. Hoy quiero centrarme en la cuestión más importante de todas: ¿estamos construyendo el mundo que todos queremos?

La historia es el relato de cómo hemos aprendido a unirnos en un número cada vez mayor, desde las tribus hasta las ciudades y las naciones. En cada paso, hemos construido una infraestructura social como las comunidades, los medios de comunicación y los gobiernos para poder lograr cosas que no podríamos hacer por nuestra cuenta.

Hoy estamos a punto de dar el siguiente paso. Nuestras mayores oportunidades son ahora globales, como difundir la prosperidad y la libertad, promover la paz y el entendimiento, sacar a la gente de la pobreza y acelerar la ciencia. Nuestros mayores retos también necesitan respuestas globales, como acabar con el terrorismo, luchar contra el cambio climático y prevenir las pandemias. El progreso ahora requiere que la humanidad se una no sólo como ciudades o naciones, sino también como una comunidad global.

Ya sean iglesias, equipos deportivos, sindicatos u otros grupos locales, todos ellos comparten importantes funciones como infraestructura social para nuestras comunidades. Nos proporcionan a todos un sentido de propósito y esperanza; la validación moral de que somos necesarios y formamos parte de algo más grande que nosotros mismos; el consuelo de que no estamos solos y de que hay una comunidad que nos cuida; la tutoría, la orientación y el desarrollo personal; una red de seguridad; valores, normas culturales y responsabilidad; reuniones sociales, rituales y una forma de conocer gente nueva; y una forma de pasar el tiempo.