Complejidad de una empresa

Ejemplo de complejidad organizativa

La complejidad es mala para los negocios. Como líderes empresariales, sabemos que esto es cierto. Sin embargo, organizaciones de todos los tamaños y de todos los sectores de la industria luchan por controlar las capas de complejidad que ahogan la innovación, obstaculizan el servicio al cliente, ralentizan la productividad y, en última instancia, inhiben el crecimiento.Ante un lugar de trabajo complejo y confuso, los equipos empresariales tienden a replegarse en silos y a centrarse únicamente en intentar realizar sus trabajos específicos. La complejidad acaba con la colaboración y afecta a la capacidad de compartir ideas entre equipos. Según una encuesta reciente de Harvard Business Review sobre la complejidad en las empresas, el 86% de los encuestados afirmó que sus procesos empresariales y la toma de decisiones se habían vuelto tan complejos que obstaculizaban su capacidad de crecimiento. Y aunque la mitad de los participantes en la encuesta indicaron que su organización contaba con una iniciativa para gestionar la complejidad, uno de cada cuatro encuestados admite que sus intentos de domar la complejidad han fracasado.

Qué es la complejidad en el marketing

Comprender el funcionamiento de un sistema u organización formado por muchos elementos interconectados muy diferentes puede ser un reto cognitivo. Pero el hecho de que estos sistemas u organizaciones sean difíciles de entender no los hace intrínsecamente malos. Además de sus costes más obvios, la complejidad confiere beneficios críticos, especialmente en entornos dinámicos e inciertos. Los autores se basan en su experiencia y en sus perspectivas en el ámbito de la empresa, la biología y la física para ofrecer algunas reflexiones sobre la naturaleza, los beneficios y los costes de la complejidad y proporcionar algunas orientaciones sobre su gestión. Sus recomendaciones: Al hacer crecer su organización, asegúrese de que su estructura sea modular y de que todos los componentes y conexiones se ajusten a un número reducido de principios de funcionamiento sencillos. Incorpore una predisposición al cambio, evite imponer demasiados controles a su personal y deje que el mercado juzgue qué cambios funcionan. Por último, optimice siempre su organización de forma global y siga arreglando, reparando y podando.

Al hacer crecer su organización, asegúrese de que sigue teniendo una estructura modular y de que todos los componentes y conexiones se ajustan a un pequeño número de principios de funcionamiento sencillos. Incorpore una predisposición al cambio, evite imponer demasiados controles a su gente y deje que el mercado juzgue qué cambios funcionan. Por último, optimice siempre su organización de forma global y siga arreglando, reparando y podando.

Principios de la gestión de la complejidad

La gestión eficaz de la complejidad se basa en cuatro pilares: la alineación con la estrategia global de la empresa, la transparencia sobre todos los costes y beneficios de la complejidad, la identificación de los beneficios de la optimización, las medidas relacionadas y la gestión de las compensaciones entre las partes de la cadena de valor total (el conjunto de todas las actividades de la empresa), y la infraestructura sostenible, como las herramientas informáticas, los incentivos y los procesos.

La gestión constante de la complejidad puede dar lugar a un aumento significativo de la rentabilidad de una empresa. Según el Índice Global de Simplicidad, las mayores empresas del mundo pierden de media más de 1.000 millones de dólares cada una debido a la complejidad innecesaria[1] La reducción de la complejidad requiere actividades posteriores en torno a los cuatro pilares: estrategia, transparencia, cadena de valor total y sostenibilidad.

Se está evaluando la relevancia de la complejidad para el éxito de un determinado modelo de negocio. Si la complejidad tiene un papel importante para el éxito de una empresa, debe estar integrada en la estrategia corporativa.

Ejemplos de complejidad en las empresas

El aumento de la complejidad tiene un precio: Las mayores empresas del mundo pierden de media más de mil millones de dólares cada una debido a la complejidad innecesaria. Al menos esto es lo que descubrieron la Simplicity Partnership y la Warwick Business School en un estudio realizado en 2011. [Mick James: Putting a price on complexity, Consultant News, 17 de marzo de 2011].

Varios factores han contribuido al aumento de la complejidad empresarial. Los principales impulsores han sido la creciente interdependencia de las empresas y los mercados en una economía globalizada, así como la digitalización e Internet, que han permitido la globalización y acelerado el ritmo de los negocios mundiales.

La capacidad de hacer frente a la complejidad se ha convertido en un factor central de éxito para todas las empresas. Lo que hace que sea un reto es que los sistemas complejos no se comportan de forma lineal y predecible, sino que son más bien no lineales e impredecibles. Eso hace que las decisiones en un entorno complejo sean bastante difíciles.

El informático estadounidense Alan Jay Perlis (1922 – 1990) resumió medio en broma las opciones que elige la gente para enfrentarse a la complejidad de la siguiente manera: “Los tontos ignoran la complejidad. Los pragmáticos la sufren. Algunos pueden evitarla. Los genios la eliminan”.