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Balanceo en niños autistas
Movimientos espasmódicos en el autismo
Los padres de niños con Trastorno del Procesamiento Sensorial, o TPS, saben muy bien que además de la vista, el sonido, el gusto, el tacto y el olfato hay otros sentidos que muchos olvidan. Dependiendo de cómo se quiera contar, hay entre 14 y 20 sentidos diferentes.
El sentido vestibular, o sentido del equilibrio o también conocido como sentido del equilibrio, detecta el movimiento, la gravedad y nos proporciona nuestro sentido del equilibrio. Nuestro sentido vestibular nos dice en qué dirección está arriba, cómo está orientado nuestro cuerpo en relación con el arriba y cómo se mueve nuestro cuerpo en el espacio. Los dos elementos que provocan esta conciencia son la gravedad y el movimiento. El oído interno contiene partes (el laberinto no auditivo u órgano vestibular) que son sensibles a la aceleración en el espacio, la rotación y la orientación en el campo gravitatorio.
Un niño diagnosticado de un trastorno de autismo con una respuesta hipersensible al movimiento puede negarse a participar en actividades físicas y limitarse a observar desde la barrera. La hipersensibilidad al movimiento y el miedo al movimiento son indicadores de un trastorno vestibular.
Autismo y torpeza
Los niños con autismo suelen ser torpes, físicamente torpes o descoordinados. Esta característica poco estudiada y casi omnipresente ha hecho que los investigadores contemplen una nueva idea: ¿Podrían los problemas motrices ser una de las fuentes de las dificultades sociales del autismo?
Así es como la madre de Macey, Victoria, describe la típica pausa para comer de Macey: En su aula de educación especial, a una hora al norte de San Francisco, los compañeros de Macey se reúnen en una gran mesa cuadrada, charlando y arrebatándose la comida unos a otros. Macey, por su parte, está encerrada en una pequeña mesa blanca en un rincón, frente a una estantería. Agarra el mango de una cuchara con la palma de la mano derecha, recoge torpemente el arroz y lo derrama sobre su regazo. Quiere estar en la mesa grande con sus compañeros, pero se sienta con un ayudante lejos de los otros niños para minimizar las distracciones mientras come. (Victoria ha pedido que utilicemos sólo su nombre de pila y el de Macey para proteger su privacidad).
Después de la comida, los niños salen al patio de recreo. Macey, con un casco, va detrás, cogida de la mano de su ayudante. Puede caminar, pero a menudo tropieza con las superficies irregulares y se cae. Tiende a calcular mal las alturas, y una vez se dio un tirón muscular mientras trepaba por los equipos del parque infantil. Cuando tenía 3 años, tropezó y se cayó de cabeza de un cajón de arena, raspándose la cara, astillándose un diente y desprendiéndose otro.
Problemas de coordinación en el autismo
“Nuestro hijo de 10 años tiene autismo de alto funcionamiento. Le gusta mucho jugar con otros niños en el recreo, pero le cuesta atrapar y patear pelotas. Probamos con el fútbol para mejorar sus habilidades. Pero vuelve a casa enfadado porque no deja de perder el balón. ¿Su torpeza es sólo una parte de su autismo, o hay algo que podamos hacer para ayudarle?”
Por lo que describes, es posible que tu hijo tenga problemas de dispraxia. La “praxis” es el proceso de tres partes que consiste en averiguar lo que quieres hacer (ideación) y cómo hacer que tu cuerpo lo haga (planificación motriz) y luego realizar la acción (ejecución).
Muchas personas con dispraxia tienen problemas para aprender habilidades físicas como patear una pelota. También pueden tener problemas con las tareas cotidianas que requieren coordinación. Por ejemplo, ponerse la ropa o atarse los zapatos. ¿Tiene tendencia a tropezar con las cosas? Eso también puede ser dispraxia. También es frecuente que los niños con dispraxia eviten jugar con juguetes nuevos porque no saben cómo hacerlo.
¿Por qué es común la dispraxia en las personas con autismo? La dispraxia está relacionada con problemas de procesamiento sensorial. Y las dificultades sensoriales son uno de los síntomas principales del autismo. Cuando el sistema sensorial no funciona correctamente, el cuerpo no recibe la información que necesita del entorno. Esta retroalimentación es lo que ayuda a tu cuerpo a saber qué hacer y cómo hacerlo.
Autismo y problemas en los pies
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se clasifica dentro de un “espectro” de trastornos del comportamiento que suelen diagnosticarse en la primera infancia. Muchos niños con autismo tienen problemas de comunicación y socialización y muestran acciones repetitivas. Por ello, muchos niños con TEA requieren una crianza práctica para satisfacer sus necesidades diarias. Como padres, hay que programar revisiones médicas, terapias y ser su pilar de apoyo. Todo ello puede resultar económicamente agotador, ya que los seguros médicos privados no siempre cubren todos los gastos. También es emocionalmente agotador, ya que no hay suficiente concienciación sobre la enfermedad.
No sabes cuándo será la próxima crisis ni qué puede desencadenarla, pero casi puedes estar seguro de que la gente que te rodea te juzgará por ser diferente. A veces puede parecer que estás sola mientras cuidas a tu hijo y luchas por que te acepten, sobre todo si has dejado un trabajo para pasar más tiempo en casa. Por eso es importante encontrar un equilibrio, para asegurarse de que tiene el apoyo emocional que su familia necesita.
Periodista del GRUPO BNLIMITED N.W. Cubriendo todo tipo de noticias para diariovelez.com en España. Si deseas comunicarme una noticia de última hora, un suceso o alguna información que crees que es relevante, puedes hacerlo en [email protected]