Alberto sordi vida privada

I vitelloni

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Nacido en Roma, hijo de una maestra de escuela y de un músico, y último de cinco hijos, recibió su nombre en honor a un hermano mayor, que murió varios días después de su nacimiento. Sordi se matriculó en la academia de arte dramático de Milán, pero fue expulsado por su marcado acento romano. Mientras tanto, estudió para ser un bajo cantante de ópera. Su carácter vocal se convertiría en su marca de fábrica[3].

En una carrera que abarcó siete décadas, Sordi[4] se convirtió en un icono[5] del cine italiano gracias a su representatividad tanto en la comedia como en el drama ligero. Su carrera cinematográfica comenzó a finales de la década de 1930 con pequeños papeles y personajes secundarios en películas de guerra. Entre sus primeros papeles se encuentran El jeque blanco, de Fellini, en 1952, I vitelloni, de Fellini (1953), una película sobre jóvenes holgazanes, en la que interpreta a un débil e inmaduro holgazán, y un papel protagonista en El soltero, como un hombre soltero que intenta encontrar el amor[6].

Ayúdame, mi amor

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Nacido en Roma, hijo de una maestra de escuela y de un músico, y último de cinco hijos, recibió su nombre en honor de un hermano mayor, que murió varios días después de su nacimiento. Sordi se matriculó en la academia de arte dramático de Milán, pero fue expulsado por su marcado acento romano. Mientras tanto, estudió para ser un bajo cantante de ópera. Su carácter vocal se convertiría en su marca de fábrica[3].

En una carrera que abarcó siete décadas, Sordi[4] se convirtió en un icono[5] del cine italiano gracias a su representatividad tanto en la comedia como en el drama ligero. Su carrera cinematográfica comenzó a finales de la década de 1930 con pequeños papeles y personajes secundarios en películas de guerra. Entre sus primeros papeles se encuentran El jeque blanco, de Fellini, en 1952, I vitelloni, de Fellini (1953), una película sobre jóvenes holgazanes, en la que interpreta a un débil e inmaduro holgazán, y un papel protagonista en El soltero, como un hombre soltero que intenta encontrar el amor[6].

Alberto sordi film più belli

Para celebrar el centenario del nacimiento del célebre actor italiano Alberto Sordi (1920-2003), el Ayuntamiento de Roma ha decidido rendirle homenaje abriendo su villa, tal y como la definieron él y su hermana Aurelia Sordi en su última voluntad. Su casa acogerá la exposición del 7 de marzo al 29 de junio de 2020. El plan de exposición temporal fue posible sólo después de que los 37 “herederos” del actor que querían todo su patrimonio perdieran el caso.

Alberto Sordi fue un actor italiano, romano, que marcó la historia del cine italiano. Es conocido sobre todo por su talento para representar al ciudadano medio italiano (sobre todo romano, con su fuerte acento romano) y a la sociedad italiana de posguerra. Era el ídolo de los ciudadanos romanos y durante su carrera trabajó con algunos de los actores italianos más importantes, como Nino Manfredi, Vittorio De Sica y Vittorio Gassman.

Se le recuerda sobre todo por las películas “Il Marchese del Grillo”, dirigida por el gran Mario Monicelli, la comedia “Un Americano a Rome”, dirigida por Steno, y “Lo Sceicco Bianco”, dirigida por Federico Fellini, por mencionar algunos de los hitos del cine italiano que protagonizó.

Un americano en roma

Nacido en Roma, hijo de una maestra y un músico, Sordi se matriculó en la academia de arte dramático de Milán, pero fue expulsado por su marcado acento romano. Irónicamente, su acento se convertiría más tarde en su seña de identidad.

En una carrera que abarcó siete décadas, Sordi se convirtió en un icono del cine italiano gracias a su habilidad representativa tanto en la comedia como en el drama. Su carrera cinematográfica comenzó a finales trabajando como doblador de las versiones italianas de los cortos de Laurel y Hardy, poniendo voz a Oliver Hardy.

Entre sus primeros papeles se encuentran El jeque blanco, de Fellini, en 1952, I Vitelloni (1953), una película sobre jóvenes holgazanes, en la que interpreta a un holgazán inmaduro y afeminado, y un papel protagonista en Lo Scapolo (El soltero) en el que interpreta a un hombre soltero que intenta encontrar el amor.

Sordi también triunfó en papeles dramáticos, sobre todo en Un Borghese Piccolo Piccolo (Un hombrecillo normal), de 1977, en la que interpreta a un hombre cuyo hijo es asesinado en un atraco a mano armada y se dispone a vengarse.

Basta con ver sus interpretaciones como el emigrante que regresa injustamente condenado en Detenuto in attesa di giudizio o el miserable subproletario al que la vieja millonaria Bette Davis le toma el pelo en interminables partidas de cartas en las que espera encontrar una salida a su pobreza para apreciar sus habilidades en el primer papel, mientras que el médico rampante y sin escrúpulos que interpreta en Il medico della mutua es el ejemplo perfecto de su aptitud para interpretar personajes realmente despreciables y a la vez completamente creíbles.