Quien era batista en cuba

¿quién dirigió la revolución cubana en 1959?

La Revolución Cubana fue una revuelta armada dirigida por Fidel Castro y sus compañeros revolucionarios del Movimiento 26 de Julio y sus aliados contra la dictadura militar del presidente cubano Fulgencio Batista. La revolución comenzó en julio de 1953,[7] y continuó esporádicamente hasta que los rebeldes finalmente derrocaron a Batista el 31 de diciembre de 1958, sustituyendo su gobierno. El 26 de julio de 1953 se celebra en Cuba como el Día de la Revolución. El Movimiento 26 de Julio se reformó posteriormente siguiendo las líneas marxistas-leninistas, convirtiéndose en el Partido Comunista de Cuba en octubre de 1965[8].

La Revolución Cubana tuvo fuertes repercusiones nacionales e internacionales. En particular, transformó las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, aunque los esfuerzos por mejorar las relaciones diplomáticas han cobrado impulso en los últimos años, como el deshielo cubano[9][10][11][12] Inmediatamente después de la revolución, el gobierno de Castro inició un programa de nacionalización, centralización de la prensa y consolidación política que transformó la economía y la sociedad civil de Cuba[13][14]. [13] [14] La revolución también anunció una era de internacionalismo médico cubano y de intervención de Cuba en conflictos extranjeros en África, América Latina, el sudeste asiático y Oriente Medio[15] [16] [17] [18] En los seis años siguientes a 1959 se produjeron varias rebeliones, principalmente en las montañas del Escambray, que fueron derrotadas por el gobierno revolucionario[19] [20] [21] [22].

Valor neto de fulgencio batista

Fulgencio Batista y Zaldívar (/bəˈtiːstə/;[1] español:  [fulˈxensjo βaˈtista i salˈdiβaɾ]; nacido Rubén Zaldívar,[2] 16 de enero de 1901 – 6 de agosto de 1973) fue un militar y político cubano que ejerció como presidente electo de Cuba de 1940 a 1944 y como dictador militar respaldado por Estados Unidos de 1952 a 1959 antes de ser derrocado durante la Revolución Cubana. Batista llegó al poder inicialmente como parte de la Revuelta de los Sargentos de 1933, que derrocó al gobierno provisional de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada. Entonces se nombró a sí mismo jefe de las fuerzas armadas, con el rango de coronel, y controló de forma efectiva la “pentarquía” de cinco miembros que funcionaba como jefe de estado colectivo. Mantuvo este control a través de una serie de presidentes títeres hasta 1940, cuando él mismo fue elegido Presidente de Cuba con una plataforma populista[3][4] y estableció la Constitución de Cuba de 1940[5] y ejerció el cargo hasta 1944. Tras finalizar su mandato, Batista se trasladó a Florida y regresó a Cuba para presentarse a la presidencia en 1952. Ante la certeza de una derrota electoral, encabezó un golpe militar contra el presidente Carlos Prío Socarrás que adelantó las elecciones[6].

La vida en cuba bajo batista

El régimen corrupto y represivo de Batista se benefició sistemáticamente de la explotación de los intereses comerciales de Cuba, negociando lucrativas relaciones con la mafia estadounidense, que controlaba los chanchullos de la droga, el juego y la prostitución en La Habana, y con grandes empresas multinacionales estadounidenses que habían invertido considerables cantidades de dinero en Cuba.

Batista estableció relaciones duraderas con el crimen organizado, especialmente con los mafiosos estadounidenses Hyman Roth, Carlo Tramonti, Santo Virgilio y Michael Corleone. Batista y Roth entablaron una relación de amistad y negocios que floreció durante una década.

A diferencia de algunas familias del crimen de segunda categoría que recurrían a las trampas para obtener beneficios en el juego, en Cuba no había necesidad de trucos sucios. Una combinación de hábiles jefes de pozo y experimentados gerentes de casinos (muchos de los cuales habían trabajado para los jefes de la mafia en Las Vegas o Reno y fueron reasignados a La Habana) y una reputación de centro turístico de alto nivel aseguraban la victoria de la casa. La Habana resultó muy rentable para el juego, junto con sus fotogénicos lugares de vacaciones y sus asequibles complejos turísticos, y llegó a ser conocida como “Las Vegas latina”.

La revolución cubana

El golpe de estado cubano de 1952 tuvo lugar en Cuba el 10 de marzo de 1952, cuando el Ejército Constitucional Cubano, dirigido por Fulgencio Batista, intervino en las elecciones que estaban previstas para el 1 de junio, dando un golpe de estado y estableciendo una dictadura militar de facto en el país[1].

Tras ocho años de gobierno bajo las presidencias democráticamente elegidas de Ramón Grau (1944-1948) y Carlos Prío Socarrás (1948-1952), Batista fue uno de los candidatos en las elecciones de 1952. Sin embargo, como algunos sondeos le situaban en un lejano tercer lugar, el 10 de marzo de 1952, apenas cuatro meses antes de las elecciones presidenciales, Batista dio el golpe, valiéndose de su posición dentro del Ejército y siendo apoyado por algunos sectores políticos del país. El golpe en sí fue incruento, pero atrajo la atención y la preocupación de la mayoría de la población. Batista derrocó al presidente Carlos Prío Socarrás, anuló las elecciones y tomó el control del gobierno como “Presidente Provisional”[cita requerida].

Batista (cuyo gobierno se formalizó tras las elecciones generales de 1954) siguió gobernando el país hasta el 1 de enero de 1959, cuando se vio obligado a exiliarse con su familia (primero a la República Dominicana gobernada por Trujillo, luego al Portugal corporativista y finalmente a la España franquista). El exilio de Batista marcó el punto álgido de la Revolución Cubana, que comenzó el 26 de julio de 1953 con el ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y vio cómo Fidel Castro se convertía en el nuevo líder de Cuba[4].