Hora del angelus vaticano

horario del ángelus del vaticano

El Papa Francisco se está recuperando de una operación de tres horas que le extirpó la mitad del colon el pasado domingo por la noche. Fue trasladado al hospital Gemelli de Roma para someterse a la intervención quirúrgica prevista después de impartir su bendición semanal del domingo.

El Papa tuvo temporalmente una fiebre leve el miércoles, pero las pruebas de rutina resultaron negativas. El Vaticano dijo que se encontraba en buen estado en general, alerta, comiendo normalmente, dando paseos por el pasillo e incluso leyendo y trabajando.

El Vaticano dijo, sin embargo, que Francisco pronunciará la oración y la bendición del Ángelus de este domingo desde el décimo piso del hospital, donde tiene una suite privada, la misma en la que el Papa Juan Pablo II también fue tratado muchas veces.

Será la primera vez desde su elección en 2013 que Francisco falte a su cita dominical desde el balcón del palacio apostólico con la multitud en la plaza de San Pedro, salvo cuando ha estado de viaje. El papa aún no está en condiciones de poder volver al Vaticano, y todavía no se ha anunciado nada más sobre su salida.

el poder de la oración del ángelus

El Ángelus es una oración que se recita en memoria del misterio de la Encarnación: Jesucristo tomando forma humana. Su nombre procede del latín “Angelus Domini nuntiavit Mariae” y se practica recitando tres textos breves que narran la historia de la encarnación de Jesucristo. La oración se reza tres veces al día: a las 6:00, al mediodía y a las 18:00, hora en la que suena la campana del Ángelus.

Todos los domingos a mediodía, en la Plaza de San Pedro, el Papa pronuncia un breve discurso al final del cual se recita el Ángelus. El discurso del Papa es transmitido por varias emisoras de radio y televisión en todo el mundo.

Desde el día de Pascua hasta Pentecostés, en lugar del Ángelus se reza el “Regina Coeli”, que es una oración en memoria de la resurrección de Jesucristo. Al final de esta oración, se recita tres veces el Gloria.

momento del rezo del ángelus

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Primero asegúrese de que está en la ciudad cuando usted va a estar aquí.Visite el sitio web del Vaticano, elija su idioma y mire el calendario para poder comprobar la agenda del Papa Francisco. (Su agenda no se anuncia con tanta antelación, como máximo 2-3 meses). O bien, puedes descargarte la práctica y gratuita App del Papa (¡Sí! ¡Hay una App del Papa!)

Quizás la forma más fácil de ver al Papa en Roma es asistir a una audiencia papal. Estas se celebran (casi) todos los miércoles, cuando el Papa Francisco está en Roma. Es bastante fácil conseguir entradas para la audiencia papal, así que si vas a estar en Roma un miércoles (y suponiendo que él esté en la ciudad), ¿por qué no añadirlo a tu itinerario?

La audiencia papal no es una misa. Es una oportunidad para escuchar al Papa pronunciar un discurso en italiano, seguido de oraciones, una homilía y quizás algún canto. Al final de la ceremonia, el Papa bendecirá artículos religiosos. Así que si tienes rosarios, medallones, biblias u otros objetos religiosos, tráelos.

ángelus del vaticano en directo

El Evangelio de la liturgia de hoy muestra a unos escribas y fariseos sorprendidos por la actitud de Jesús. Se escandalizan porque sus discípulos cogen comida sin hacer antes las tradicionales abluciones rituales. Piensan entre ellos: “Este modo de hacer las cosas es contrario a la práctica religiosa” (cf. Mc 7,2-5).

También nosotros podríamos preguntarnos: ¿por qué Jesús y sus discípulos desprecian estas tradiciones? Al fin y al cabo, no son cosas malas, sino buenos hábitos rituales, una simple limpieza antes de comer.    ¿Por qué Jesús no se preocupa de esto? Porque para él es importante devolver la fe a su centro. Lo vemos repetidamente en el Evangelio: este devolver la fe al centro. Y para evitar un riesgo, que vale tanto para aquellos escribas como para nosotros: observar las formalidades externas, dejando en segundo plano el corazón y la fe. Muchas veces nosotros también “maquillamos” nuestra alma. La formalidad exterior y no el corazón de la fe: esto es un riesgo. Es el riesgo de una religiosidad de las apariencias: quedar bien por fuera, descuidando la purificación del corazón. Siempre existe la tentación de “tratar con Dios” con alguna devoción exterior, pero Jesús no se conforma con este culto. Jesús no quiere apariencias externas, quiere una fe que toque el corazón.