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Blog de las fuerzas armadas argentinas
Por qué argentina perdió la guerra de las malvinas
Tradicionalmente, Argentina mantiene estrechas relaciones de cooperación en materia de defensa y adquisiciones militares con Estados Unidos y, en menor medida, con Israel, Canadá, Alemania, Francia, España, Bielorrusia, Italia y Rusia.
En 1965, el Ejército Argentino realizó maniobras militares terrestres en la Antártida bajo el mando del entonces Coronel Jorge E. Leal. Bautizada como Operación 90, se llevó a cabo diez años antes de la entrada en vigor del Tratado Antártico y se realizó para consolidar las reclamaciones de Argentina sobre una parte de esos territorios (que aún se reclaman como Antártida Argentina).
Durante gran parte de los siglos XIX y XX, las relaciones con el vecino Chile se enfriaron debido a las disputas sobre la Patagonia, aunque en los últimos años las relaciones han mejorado considerablemente.
Fútbol de defensa de argentina
Pocos días después de la invasión argentina, el Reino Unido emitió un aviso indicando que, a partir del 12 de abril de 1982, entraría en vigor una Zona de Exclusión Marítima (ZEM) que se extendería a 200 millas náuticas del centro de las Malvinas. El 28 de abril, el Reino Unido declaró una TEZ que abarcaba la misma zona geográfica que la MEZ, pero con un alcance más amplio en lo que respecta a la ratione personae. En esencia, la TEZ establecía que cualquier barco o aeronave que entrara en la TEZ y que no estuviera autorizado por el Ministerio de Defensa del Reino Unido se consideraba que operaba en apoyo de la ocupación, se consideraba hostil y, por tanto, podía ser atacado.
Los ataques dentro de la TEZ eran, fundamentalmente, sólo contra objetivos militares. Las fuerzas británicas evitaron atacar a cualquier barco o avión neutral. Además, las embarcaciones mercantes argentinas no autorizadas simplemente se vieron obligadas a abandonar la TEZ tras ser “rodeadas” o “zumbadas” por aviones militares británicos (como reconoció el Representante Permanente de Argentina ante la ONU en aquel momento). Un pesquero argentino, el Narwal, fue atacado por las fuerzas del Reino Unido, pero sobre la base de que se dedicaba regularmente a informar sobre la ubicación de los buques de guerra de la Royal Navy y llevaba un destacamento de la Armada Argentina. Por lo tanto, una vez revisada la actividad de los objetivos que realmente se produjo dentro de la TEZ, las fuerzas del Reino Unido sí cumplieron con el principio de distinción.
Equipo militar argentino
La trágica pérdida del submarino argentino ARA San Juan y sus 44 tripulantes en noviembre de 2017, durante un ejercicio de entrenamiento cerca de la costa argentina, no fue un hecho aislado. Fue solo el más notable de una serie de accidentes operativos.1 Estos marcan el declive de las otrora poderosas fuerzas armadas argentinas, que durante finales del siglo XX fueron consideradas entre las más capaces del hemisferio sur.2
A pesar de su volatilidad política y sus recurrentes crisis económicas, Argentina no es un Estado sin importancia. Con una superficie de 2.780.400 kilómetros cuadrados, es el octavo país más grande del mundo. Su economía es la tercera de América Latina y una de las 30 mayores del mundo. Su población está relativamente bien educada, habiendo producido tres premios Nobel en ciencias, más que cualquier otro país latinoamericano. Argentina es miembro del G20 y, junto con Brasil, el miembro latinoamericano más frecuente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Argentina también es líder en América Latina en numerosas tecnologías estratégicas, como la energía nuclear y los satélites, y cuenta con una de las mayores reservas de petróleo y gas de esquisto del mundo. De hecho, la fuerza latente de Argentina es uno de los factores que hacen que el declive de su ejército sea tan incongruente y significativo. Junto a su considerable poder político y económico, la falta de fuerzas armadas operativas de Argentina la convierte en una anomalía en el sistema internacional.
Fuerza aérea argentina
En el transcurso de las negociaciones para la creación del Consejo de Defensa (CDS), hubo dos propuestas sobre la mesa: formar una alianza de seguridad colectiva o establecer un foro flexible de cooperación. El objetivo de este artículo es analizar los motivos, limitaciones y alcances que determinaron que Argentina optara por el esquema flexible.
En el transcurso de 2008, en medio de contradicciones, tensiones y diferentes giros, el gobierno argentino evolucionó desde una posición de desconfianza respecto a la creación de un Consejo de Defensa Sudamericano (CDS en adelante), a una de apoyo explícito. En las etapas iniciales de las negociaciones, Argentina rechazó que el Consejo tomara la forma de una alianza colectiva -propuesta por Venezuela- y en todo momento mostró un claro apoyo al modelo que implicaba un foro para discutir la coordinación de políticas -en línea con Brasil-. La posición del gobierno argentino fue que, suponiendo que el proyecto en cuestión fuera viable, debería ser de carácter simple, ágil y gradual. En otras palabras, se afirmaría la “cooperación” pero no se mencionaría la “integración”, y se descartaría rápidamente la propuesta de Venezuela sobre la creación de un eje militar unionista. Además, la palabra “integración” no aparecería en absoluto en el texto del Tratado fundacional del CDS, como si integración y defensa fueran conceptos irreconciliables, en línea con las teorías realistas norteamericanas.
Periodista del GRUPO BNLIMITED N.W. Cubriendo todo tipo de noticias para diariovelez.com en España. Si deseas comunicarme una noticia de última hora, un suceso o alguna información que crees que es relevante, puedes hacerlo en [email protected]