Beneficios de la independencia de cataluña

la independencia de cataluña explicada

La Ley del Referéndum de Autodeterminación de Cataluña contenía la disposición de que, en caso de un resultado a favor de la independencia, ésta debía ser declarada en un plazo de 48 horas después del recuento de todos los votos. El presidente catalán, Carles Puigdemont, lo confirmó el 3 de octubre durante una entrevista exclusiva con la BBC, diciendo que “vamos a declarar la independencia 48 horas después de que se cuenten todos los resultados oficiales”[9].

Tras afirmar que consideraba el referéndum válido y vinculante, Puigdemont optó por utilizar la expresión “asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”, antes de añadir que “pediría al Parlamento que suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas podamos emprender un diálogo”.

El discurso dejó a los observadores desconcertados, ya que se esforzaron por entender si Puigdemont acababa de declarar la independencia[11][12]. Mientras que algunos comentaristas afirmaron que la independencia acababa de ser declarada y puesta en suspenso,[13][14] otros afirmaron que la declaración de independencia había sido pospuesta[2][15][16][17].

la economía de cataluña frente a la de españa

¿Por qué hay tantos catalanes que abogan por la independencia? ¿Cuáles serían las consecuencias económicas de una posible separación de España? Para encontrar respuestas, los estudiantes del BGSE del Programa de Comercio Internacional, Finanzas y Desarrollo organizaron una charla sobre los efectos económicos de la independencia de Cataluña con el Prof. Jaume Ventura. El profesor Ventura es investigador senior del Centre de Recerca en Economia Internacional (CREI), profesor de investigación en la IGE de Barcelona y miembro de la Iniciativa Wilson, una asociación independentista catalana de académicos en los campos de la economía y la ciencia política.

En la primera oleada, que abarca desde el Congreso de Viena hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, el número de países se redujo a más de la mitad, lo que implica que los estados, en promedio, se hicieron más grandes. La integración política y económica fue de la mano, y se crearon mercados más grandes sacrificando la heterogeneidad de las preferencias. Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la segunda ola de globalización. El comercio internacional alcanzó niveles más altos y el número de países se multiplicó hasta superar los 190. Al mismo tiempo, surgió la colaboración internacional en forma de organizaciones internacionales, como la Organización Mundial del Comercio. Si bien esta nueva era se caracterizó por la fragmentación política en relación con el Estado-nación, se crearon mercados más amplios mediante la cooperación internacional y el sacrificio de las economías de alcance.

pros y contras de la independencia de cataluña

Los catalanes no bailan flamenco y han prohibido las corridas de toros por considerarlas crueles y bárbaras. Forman parte de una nación distinta y orgullosa con su propia lengua, historia, cultura y bandera, y esa identidad propia ha sobrevivido a los brutales intentos de Franco de suprimir la lengua catalana en las décadas posteriores a la Guerra Civil. Los partidarios de la independencia argumentan que su lengua y su cultura no son suficientemente respetadas por el gobierno central español, y les preocupa que, a menos que se haga algo, su cultura sea absorbida.

Nos arriesgamos a abrir la caja de Pandora si Cataluña se independiza. Los nacionalistas de Escocia, Flandes, Padania, Madeira, Baviera, Escania y otros lugares también claman por la independencia (¡y eso sólo en Europa Occidental!). Europa podría acabar dividida en un mosaico de microestados en disputa, cada vez más reducidos. En un momento de profunda crisis y de creciente nacionalismo populista, la prisa por separarse podría crear un peligroso potencial de conflicto.

Cada año, los catalanes se ven obligados a contribuir con miles de millones de sus impuestos duramente ganados a las arcas del gobierno español en Madrid (pagando unos diez mil millones más de lo que recibe). Estas exigencias han endeudado a Cataluña y han dejado a un país rico con dificultades para proporcionar servicios básicos a su propia población. La negativa del gobierno de Madrid a conceder a Cataluña incluso la autonomía fiscal básica de la que goza el País Vasco demuestra que, según este argumento, sólo a través de la independencia podrá Barcelona tomar el control de sus finanzas y de su futuro económico. La ruptura puede ser suave y no hay ninguna razón por la que la República Catalana no pueda permanecer en la Unión Europea, en la zona euro y en el espacio Schengen.

referéndum de independencia de cataluña

El Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 (catalán: Estatut d’Autonomia de Catalunya) establece la normativa institucional básica de Cataluña en el marco de la Constitución española de 1978. Define los derechos y obligaciones de los ciudadanos de Cataluña, las instituciones políticas de la comunidad catalana, sus competencias y relaciones con el resto de España, y la financiación de la Generalitat[1].

Esta Ley fue aprobada en referéndum el 18 de junio de 2006 y sustituyó al primer Estatuto de Sau, que databa de 1979. La aprobación fue dada por el 36% de los catalanes con derecho a voto. La abstención en el referéndum fue alta: más del 50%.[2] El 28 de junio de 2010, el Tribunal Constitucional de España evaluó la constitucionalidad de varios artículos de la Ley,[3] reescribiendo 14 de ellos y dictando la interpretación para 27 más. Esto provocó una manifestación masiva en Barcelona de más de un millón de personas[4][5] bajo el lema en catalán Som una nació. Nosaltres decidim (en español, “Somos una nación. Nosotros decidimos”).