Dioxido de titanio e171

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La semana pasada, los Estados miembros aprobaron la propuesta de la Comisión Europea de prohibir el uso del dióxido de titanio (E171) como aditivo alimentario a partir de 2022. El dióxido de titanio se utiliza como colorante en una serie de productos como chicles, bollería, complementos alimenticios, sopas y caldos. La Comisaria Stella Kyriakides, responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, ha declarado:  “La seguridad de nuestros alimentos y la salud de nuestros consumidores no son negociables. Hoy actuamos con decisión con nuestros Estados miembros, basándonos en datos científicos sólidos, para eliminar el riesgo de una sustancia química utilizada en los alimentos”.  La propuesta de la Comisión se basa en un dictamen científico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, que concluye que el E171 ya no puede considerarse seguro cuando se utiliza como aditivo alimentario, en particular, debido a que no pueden descartarse las preocupaciones relativas a la genotoxicidad. A menos que el Consejo o el Parlamento Europeo adopten una objeción antes de fin de año, el texto entrará en vigor a principios de 2022. A continuación, se iniciará un periodo de retirada progresiva de 6 meses, tras el cual se aplicará una prohibición total en los productos alimentarios.

¿es seguro comer dióxido de titanio?

El 8 de octubre de 2021, los Estados miembros de la UE acordaron finalmente una propuesta de la Comisión Europea para prohibir el E171 en todos los productos alimentarios. Según estudios científicos, el dióxido de titanio puede dañar la flora intestinal y, debido a sus nanopartículas, puede provocar cáncer. Sin embargo, el E171 ha seguido sirviendo como colorante blanco en muchos productos alimentarios procesados como dulces, productos de panadería o chicles. En Francia, la sustancia ya está prohibida desde 2020.

La decisión de prohibir el aditivo alimentario E171 es una victoria para nuestra salud y un paso importante en la dirección correcta. Debería animar a la Comisión Europea a prohibir también el dióxido de titanio en otros productos como los farmacéuticos, la crema solar o la pasta de dientes.

toxicidad del dióxido de titanio

El dióxido de titanio (TiO2) es un blanqueador que se añade a una amplia gama de productos, como pinturas, detergentes para la ropa, alimentos, cosméticos y pasta de dientes. También se utiliza en los protectores solares para ayudar a proteger la piel de la luz ultravioleta. El TiO2 se produce mediante la molienda de minerales naturales. Su opacidad y blancura dependen en gran medida de la forma cristalina y del tamaño de las partículas, siendo las más pequeñas las que suelen corresponder a una funcionalidad más potente. Dos formas cristalinas (rutilo y anatasa), están aprobadas como colorantes alimentarios en la UE (E171) y en EE.UU. (hasta el 1% en peso de los alimentos), y como componentes cosméticos.    Las aprobaciones de aditivos alimentarios no especifican el tamaño de las partículas. El efecto del tamaño de las partículas es una ciencia relativamente nueva, y las partículas pequeñas, por ejemplo las nanopartículas, son difíciles de definir, especificar y medir.

Existe un riesgo conocido por la inhalación de polvo de dióxido de titanio. De hecho, la inhalación de polvo ha sido clasificada como presunto carcinógeno tanto por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como por la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (EChA).

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Observamos que este estudio recibió el apoyo financiero de tres grupos de presión de la industria: la Asociación de Fabricantes de Comestibles (GMA), la Asociación de Fabricantes de Dióxido de Titanio (TDMA) y la Asociación Internacional de Fabricantes de Colores (AIMC)

Observatorio (CEO) en un informe. Es urgente actuar, ya que la prohibición francesa del E171 se debatirá en una reunión europea el lunes 16 de septiembre. Los grupos de la sociedad civil de toda Europa cuestionan la participación de la industria en el proceso que lleva a esta reunión y advierten de los esfuerzos de los grupos de presión de la industria para minimizar las posibles amenazas para la salud que supone el E171.

“Tras un informe detallado de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria, Medioambiental y Laboral (ANSES), el gobierno francés consideró que los riesgos para la salud de los consumidores relacionados con el E171 eran lo suficientemente graves como para llevar a una prohibición a partir de enero de 2020. Este colorante no tiene ningún valor nutricional; sería bastante fácil eliminarlo de nuestros alimentos. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) debería dar más peso y consideración a los estudios independientes respaldados por las autoridades oficiales y nacionales que a los producidos por los fabricantes que tienen intereses financieros. En interés de todos los consumidores de la UE, es absolutamente crucial evitar los conflictos de intereses y observar una verdadera independencia en el proceso de toma de decisiones de la EFSA”.