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Mala suerte en la vida
Alguien que siempre tiene mala suerte
Si eres supersticioso o simplemente sientes que te ha tocado una mala mano últimamente, puede que te preguntes cómo poner la suerte de tu lado. Afortunadamente, hay muchas cosas que puedes hacer para deshacerte de tu mala suerte.
Resumen del artículoXSi todos los signos apuntan a la mala suerte como causa de tus recientes desgracias, puedes deshacerte de ella con unos cuantos trucos supersticiosos de probada eficacia. Para una solución rápida, pruebe a echar un poco de sal sobre su hombro izquierdo. Si eso no funciona, puedes quemar incienso o salvia para alejar la energía negativa y hacer que tu casa huela bien. Intenta llevar contigo amuletos protectores, como llaves, tréboles o cristales, para mantener la mala suerte a raya las 24 horas del día. Para conocer más formas de evitar la mala suerte, ¡continúa leyendo el artículo!
Ejemplos de mala suerte
Sí, a veces la vida lanza bolas curvas. La gente sufre accidentes, enferma, es víctima de un crimen o de un trauma infantil. Perdemos a nuestros seres queridos, perdemos el trabajo. Las dificultades nos ayudan a aprender y a crecer. No es divertido, ni un paseo por el parque, pero desarrollamos la capacidad de recuperación y adquirimos claridad sobre lo que valoramos.
Pero si tu suerte se agria casi a diario, o al menos semanalmente… ¿Y hay un patrón en ello? ¿Si siempre eres, digamos, el que la gente defrauda, o el que recibe mentiras, o el que constantemente acaba con parejas que no son lo que parecen?
Aceptará un trabajo que no le gusta realmente, diciéndose a sí mismo que “estará bien”, sólo para ser terriblemente infeliz y decir “no tenía idea de que sería tan aburrido, es sólo mala suerte”. Pero ya sabías en la entrevista que sonaba aburrido.
Conocerás a alguien que te pone nervioso pero seguirás saliendo con él. Y más tarde afirmarás ‘parecían tan agradables pero quién iba a decir que eran narcisistas’. Y sin embargo… lo hiciste. En esa primera cita, si eres sincero contigo mismo, te sentiste incómodo. Pero lo ignoraste.
¿puede una persona traerte mala suerte?
Ninguno de nosotros tiene suerte todo el tiempo, pero no hay duda de que algunas personas tienden a tener más suerte que otras. Podrías decir que no es justo. O podrías fijarte en cómo ven la vida y preguntarte si es su forma de ver el mundo lo que les ayuda a tener más suerte en él. La verdad es que las personas afortunadas no lo son por pura casualidad. Son afortunadas por la mentalidad que aportan a la vida. Una mentalidad que acepta la mala suerte como algo inevitable, pero la buena suerte como algo que creamos con puro trabajo, valentía y optimismo.
Como escribió Martin Seligman, el fundador de la psicología positiva, “Los optimistas soportan las mismas tormentas de la vida que los pesimistas. Pero las capean mejor y salen de ellas mejor parados”. Y lo mismo ocurre con la suerte. Puede que no seas capaz de controlar la economía, el tiempo, la bolsa o el universo, pero las investigaciones demuestran que puedes crear tu propia buena fortuna. Es un juego largo, pero con una gran recompensa. Las personas con suerte capean las tormentas de la vida viendo las oportunidades ocultas, confiando en sí mismas y actuando con audacia. Cuando surgen los problemas, se animan con la ayuda de los amigos que les apoyan. Tú puedes cambiar tu suerte esta primavera con las mismas estrategias. He aquí cómo.
La mala suerte en la amistad
“Si crees que la vida es una máquina expendedora en la que pones la virtud y sacas la felicidad”, apuntó una vez un personaje de la serie de televisión Six Feet Under, “entonces probablemente te vas a decepcionar”. La mayoría de la gente lo descubre por las malas. Sospecho que tú lo hiciste. Las veces que has obedecido todas las reglas y te han castigado de todos modos, que has comido correctamente y aún así has enfermado, que has trabajado hasta la saciedad para lograr un objetivo, sólo para sentir el agotamiento y la decepción en lugar de la felicidad que esperabas -¡la felicidad por la que pagaste, por Dios!
Durante miles de años, los sabios observadores han señalado que lo que está a cargo del universo “hace salir su sol sobre los malos y los buenos, y envía la lluvia sobre los justos y los injustos”. Y durante miles de años, los demás hemos respondido: “¿Esperar qué?” Por muy rutinario que sea, nos escandaliza y nos horroriza ver a la gente buena tiritando bajo los aguaceros de la mala fortuna mientras sus villanos enemigos, exuberantemente bronceados, envían postales desde playas bañadas por el sol.
Tal vez esta indignación surja de un sentido innato de la justicia. Eso es lo que empezó a probar el médico francés Jean-Marc Gaspard Itard en 1801, cuando se hizo cargo de Víctor, un “niño salvaje” que había pasado aproximadamente siete de sus primeros 12 años en el bosque (criado por lobos… o ardillas, nunca lo sabremos realmente). Víctor sólo tenía una comprensión rudimentaria del lenguaje humano y de las convenciones sociales. Sin embargo, cuando Itard experimentó castigándole por un comportamiento que normalmente le valía una recompensa, el pobre niño luchó poderosamente contra su castigo.
Periodista del GRUPO BNLIMITED N.W. Cubriendo todo tipo de noticias para diariovelez.com en España. Si deseas comunicarme una noticia de última hora, un suceso o alguna información que crees que es relevante, puedes hacerlo en [email protected]